El talento propio, en sí mismo, ya no es suficiente para obtener un reconocimiento como arquitecto y, en consecuencia, la presencia en los medios que certifican la capacidad y la calidad de las trayectorias arquitectónicas se ha convertido en un objetivo altamente perseguido por los aspirantes a obtener los mejores encargos. En Europa, al igual que en otros muchos lugares y países, se ha alcanzado una saturación extrema de profesionales encuadrados en el sector de la construcción.
Para profundizar en el conocimiento de estos procesos habría que entender cuales son los elementos básicos del talento en arquitectura. Hay que volver a los orígenes vitrubianos, a aquellas referencias que aportan los criterios esenciales para valorar los edificios: la funcionalidad de los espacios para responder a las necesidades demandadas; su eficacia constructiva y estructural que garanticen una durabilidad a largo plazo; y finalmente, su capacidad para la generación de emoción estética.
En los escenarios cotidianos en los que se desenvuelve el colectivo mayoritario de los arquitectos -su ciudad, su región- el umbral mínimo del talento es el que se relaciona con las dos primeras cuestiones señaladas por Vitrubio, la utilitas y la firmitas. Mas allá, aquellos aspirantes que buscan monopolizar el trabajo relevante o incluso participar en el juego de la starchitecture (como han bautizado los anglosajones a la arquitectura con vocación espectacular), se necesitan unos recursos más poderosos ligados, no tanto a la poesía o la pulsión estética como a la generación de una imagen diferencial. La interacción a todos los niveles con los medios de comunicación para obtener presencia requiere mecanismos diferentes, inusuales que amplifiquen y atraigan una audiencia profesional.
jueves, 25 de noviembre de 2010
La flor en la mesa
I
Azucena vestía siempre vestidos floreados, largos, hasta los tobillos; zapatos oscuros de taco corto y ataba su cabello negro con fuerza, como en penitencia; iba siempre a misa, en las mañanas y en las noches; después regresaba a casa y ayudaba a Doña Marcela a acostarse.
Doña Marcela era soltera y había contratado a Azucena años atrás, cuando aun era adolescente, como empleada, pues sin hijos ni familiar cercano, necesitaría a alguien que la ayude cuando su enfermedad avance.
— Cómo esta Doña Marcela — preguntó el padre Rafael
— Mal, padre, ya no se puede levantar porque no puede ver —
— Era algo de esperar por su enfermedad y su edad —
— Lo sé, pero bien merecido lo tiene—
— Tranquila, de nada sirve el rencor, hija, tranquila —
El padre Rafael dejo caer su mano sobre la pierna de Azucena, la acaricio y apretó con extraña inocencia, siguió acariciando hasta subir la falda. Azucena puso su mano sobre la mano del padre, él retiro su mano bruscamente, asustado, se puso de pie y se dirigió al confesionario. Azucena se quedo rezando, pidiendo perdón por las cosas que sentía cuando el padre Rafael tocaba sus piernas y deseando que Doña Marcela muriera pronto.
Azucena no estaba muy segura de porque sentía tanto odio a quien durante años fue su patrona y a quien ella aun cuidaba fielmente; Tal vez era que Doña Marcela nunca le hablo como algo mas que una empleada, tal vez era el deseo de quedarse con sus posesiones, tal vez era el simple hecho de odiarla porque sí. Ella prefería lo ultimo, pues nunca se sintió como algo mas que una empleada y no sabría que hacer con el dinero de Doña Marcela.
II
Esta vez el padre Rafael introdujo su mano bajo la falda negra, floreada siempre, las panties no lo dejaron avanzar, Azucena se acerco, intento besarlo, el padre Rafael respondió con una bofetada.
— Es que acaso estas loca? —
— Disculpe padre —
— ¿Qué harás si te ven tratando de besar a un sacerdote? —
— No sé, discúlpeme, es que no sabía que hacer —
— Nada! No hagas nada! —
— Es que siento cosas —
La expresión del padre se alejo de la severidad y se torno curiosa, perversa
— Dime qué sientes —
— No sé, la barriga se me adormece —
— ¿Te gusta? —
— Si, no, no se padre —
— Dime, no me enojaré —
— Si padre, si me gusta —
— ¿Quieres que lo vuelva a hacer? —
— ¿Y si me dan ganas de besarlo? —
— Te aguantas! —
El padre volvió a enfrentarse a las pantimedias, con la otra mano desabrocho el vestido y le sujeto fuerte un seno. Cuando se canso de intentar deshacerse de las medias se fue.
Azucena no rezo, sintió que esto volvería a pasar.
A pesar que Azucena siguió asistiendo a misa, el padre Rafael ni siquiera le dirigía la palabra, casi ni la miraba; así pasaron meses, el odio hacia Doña Marcela siguió creciendo en Azucena, la culpaba del olvido del padre Rafael.
Azucena tenía veintitrés años, pero lo más cercano al sexo habían sido las manos del padre Rafael, ella solo iba a la iglesia y al mercado, y solo conocía al padre Rafael, un par de cucufatas, y a Rogelio; Rogelio vendía carne en el mercado, siempre coqueto y conchudazo, saludaba a todas las viudas, por muerte del esposo o por muerte sexual del esposo.
— Qué tal Señito, Cómo le va — Como cantando
— Hay Rogelio no sé que cocinar — la voz caprichosa
Discutían que era mejor cocinar para los hijos de mercedes, quedaban en almorzar juntos y así probar el plato recomendado; a Rogelio le gustaban todas, y se acostaba con cuánta podía, era el amante perfecto de las regordetas madres de familia o solteronas, entraba al mediodía a sus casas, se hacía del festín y se iba antes que el esposo regresara de trabajar.
Pero Rogelio quería a azucena, aunque esta lo llamara tío por conocerlo desde muy niña, antes de despertar en él el más feroz apetito sexual, pero Rogelio sabía contenerse, era cauteloso, acariciaba las manos de Azucena cuando le entregaba el pedido, siempre se ofrecía a cocinarle algo, Azucena no aceptaba.
— La Doña no quiere que nadie entre —
— Pero si ella no se va a dar ni cuenta —
— Tal vez en otra oportunidad tío Rogelio —
— ¿Segura? Yo te preparo mi famosísimo escabeche en un dos por tres y lo comemos escondidos y calladitos, la Doña ni cuenta se dará —
— Hoy no tío, pero voy a ver que día —
— Ya chiquita, te me cuidas —
— Chau tío —
Azucena se alejaba a pasos cortos, vestido azul noche flores blancas y amarillas, el aire contra el vestido hacían delirar a Rogelio.
III
Azucena fue a atender el timbre, era de noche
— Padre Rafael —
— Hola, hija, vine a ver como sigue Doña Marcela, me dijeron que está muy mal —
— Bueno, como siempre padre, acostada —
— ¿Puedo pasar? —
— Usted sabe que a la Doña no le gusta que nadie entre —
— Sólo quiero ver como está —
El padre Rafael no dijo más y entró
—Ahí está— Azucena Señalo la cama de Doña Marcela
—Doña Marcela, soy yo, el padre Rafael—
—No lo reconoce, ya casi no ve ni oye, tampoco quiere hablar— respondió azucena
El padre Rafael paso la mano sobre la cara de Doña Marcela, como probando sus reacciones.
—Nada, está como perdida, no reconoce nada—
—Así esta casi todo el día, a veces mejora pero solo por ratitos—
El padre Rafael apagó la luz del cuarto y besó a azucena
—Hija, ya quítate estas benditas medias—
—Sí padre—
Azucena se quito las medias, el padre la sujeto de la cadera y la volteo contra la pared, Azucena estaba asustada, el padre Rafael subió su vestido.
— Padre duele mucho—
— Tú querías besarme, ahora debes hacer lo que yo quiero —
Azucena no pudo evitar llorar, cuando el Padre Rafael terminó prendió la luz
—De esto no se entera nadie hija—
—Está bien padre—
IV
Azucena no fue a misa durante toda la semana, sentía que había hecho algo sucio, que no podría volver a mirar al padre Rafael a los ojos y menos entrar al templo de Dios. Azucena estaba en la sala junto a Doña Marcela cuando el padre Rafael tocó el timbre.
—Doña Marcela! — entró sin preguntar, no saludó a Azucena
—La Doña sigue igual padre— azucena tímida, encogida
—Y qué hace acá, ¿no debería estar acostada? —
—Es que así siento que me hace compañía, después la acuesto—
—No deberías hacer esto, es peligroso para la doña—
—Lo siento padre—
— ¿Por qué no vas a misa? —
—No he tenido tiempo—
—No mientas, te da vergüenza lo que hiciste—
—Si, padre, no estuvo bien—
— O… ¿no te gustó? — El padre volvió a cambiar
— Si, pero me dolió mucho y no está bien, usted es sacerdote —
— Discúlpame si te dolió, me deje llevar— Acaricio el cuello de azucena y lo besó
— La Doña nos puede ver —
— la vieja ni sabe que está viva —
Los dos se sonrieron, ella se quito el vestido, las panties, el fustán, la ropa interior, los lentes, todo lo hizo increíblemente rápido; luego se dio vuelta.
—Ya no duele mucho—
—¿Te gusta? —
—Sí—
Luego se acostaron en la mesa central, frente a Doña Marcela.
—Así es mejor, no duele—
—Pero es mas peligroso hija, debes empezar a tomar pastillas para no quedar embarazada—
— Si, padre, mañana averiguo—
El padre Rafael se marchó de madrugada, así seria durante meses, hacían el amor en donde pudiesen.
V
—Vamos a tener que dejar de vernos un tiempo—
— ¿por qué? —
— Hay sospechas sobre mí—
— Imposible—
— Bueno lo mejor será dejar que las cosas se enfríen—
No pasaba un día en el que Azucena no preguntase al padre si podría visitarla, la respuesta era siempre no, y cada vez era más tosco y frío.
Una mañana mientras buscaba el dinero para pagarle a Rogelio, Azucena dejo caer las pastillas que el padre le dijo que tomara. Rogelio las reconoció, todas sus conquistas lo adoraban pero ninguna quería tener un hijo suyo. No dijo nada, se sintió tonto, enojado.
Días después volvió a ofrecer sus servicios de cocinero a Azucena, esta vez, decidido a entrar a esa casa y hacer suya a Azucena, sea como sea.
—Hoy puedo cocinar, ya estoy cerrando—
—Esta bien tío Rogelio, te espero en una hora—
Rogelio no supo que responder, el estaba preparado para insistir, pero no para esto. Azucena se marcho, había algo distinto, no tenia panties y llevaba el pelo suelto. Rápidamente Rogelio tuvo que replantear todas sus fantasías, todo el guión del sueño erótico se había arruinado.
Rogelio decidió llevar un vino, preparó su famoso escabeche y se sentaron a comer juntos.
— Chiquita, disculpa la pregunta, ¿tienes pareja? —
— No tío Rogelio, ¿por qué? —
— Curiosidad, qué tal mi escabeche —
— Riquísimo —
Rogelio se paró a servirle un poco mas de vino a Azucena, ya tenía un plan, el vaso cayo y el vino mancho su pantalón.
— Carajo! — Frustrado Rogelio — Discúlpame chiquita—
— Yo te ayudo tío —
Azucena tomo una servilleta y fingió limpiar a Rogelio mientras lo tocaba, mientras husmeaba y era testigo de una erección, porque el padre nunca la dejo ver. Azucena bajo el cierre de Rogelio y siguió inspeccionando, admirando, era esto capaz de haberle producido tanto placer y de haberla hecho olvidar a Dios mismo, será que esto era el amor que sentía por Rafael, quería volver a enamorarse, volver a olvidarse de Dios, volver a burlarse de Doña Marcela, lo sujeto y metió en su boca, Rogelio no dijo una palabra, Azucena no cerraba los ojos, observaba cada detalle. Después se subió en la mesa de rodillas y le dio la espalda a Rogelio.
— Por ahí no, por atrás —
Rogelio sorprendido le hizo caso, Azucena sentía que no había comparación, Rogelio era cien veces mejor amante que el padre Rafael, mas firme, mas grande, mas fuerte, pero algo faltaba, algo la hacía seguir buscando.
— Ven— Azucena camino desnuda hacia la habitación de Doña Marcela
— ¿Qué pasa, nos va a ver? —
— Bueno fuera, quiero que me ayudes—
Azucena tomó una almohada e intento ahogar a Doña Marcela, Rogelio la detuvo.
— No seas tonta, te vas a ir presa—
— No me importa, y si no me vas a ayudar, vete—
— Tranquila, te voy a ayudar—
Rogelio fue al baño y luego regresó
— Vamos ayúdame a llevarla al baño—
— ¿Qué vas a hacer? —
— Ayudarte
La llevaron al baño y la metieron en la tina, abrieron el caño, dejaron que el agua suba, Azucena besó a Rogelio.
— Hazme lo que quieras —
— No lo dudes chiquita—
Hacían en amor mientras el agua subía, azucena gritaba, nunca había gritado, levanto la cabeza, vio el cuerpo hundido en el agua de Doña Marcela, parecía mirarla fijamente, parecía condenarla, Azucena tuvo un pequeña sonrisa perversa y tuvo un largo orgasmo mientras los ojos abiertos, celestes de Doña Marcela seguían fuertes.
VI
Pasadas las investigaciones Rogelio fue a vivir junto a Azucena en la casa de Doña Marcela, Azucena aún tenía grabada la mirada final, castigadora de Doña Marcela y cada vez que parecía que la culpa y Dios entrarían a hacer justicia, Hacia el amor con Rogelio, la culpa se convertía en libido y la mirada en el orgasmo infinito.
Siempre iba a misa con el cabello suelto, tacos altos, el vestido entallado, sin panties ni ropa interior, cuando se confesaba le contaba al padre Rafael todo lo que hacía con Rogelio y cuan sucia y pecadora la hacia sentir el sexo, también le confesaba que a veces, en las mañanas, mientras Rogelio trabaja, ella necesita de un hombre. El padre Rafael la tocaba.
— Podemos ir a tu casa—
— No, padre, Rogelio se molestaría—
— En las mañanas el no esta—
— Si desea algo, hágalo acá, solo acá me verá—
El padre Rafael miraba todo el lugar, no encontraba mejor sitio que el confesionario, ahí podía tocarla mejor, pero nunca llegar a más, el más pequeño jadeo era un gran eco.
Una mañana Azucena no encontró al padre Rafael; lo buscó por toda la iglesia, preguntó por él; la costumbre tocaba a la puerta, sentía el frío en el vientre que le daban las manos del padre Rafael pero no estaban esas manos. Caminó de regreso a casa angustiada, con el frío incrustado en la piel y el calor expectante. Dobló la última esquina y ahí lo encontró, parado junto a su puerta, esperándola. Azucena siguió caminando, buscaba la llave correcta.
—¿Qué hace acá? —
El padre quedó en silencio
—Le dije que no podía verlo en mi casa —
Azucena abrió la puerta.
—Pase, esta helando —
Entraron, Azucena sirvió dos tazas de café.
—Ya vuelvo, voy a abrigarme —
Azucena subió las escaleras, entró a su cuarto, se acarició las piernas, se dejó caer sobre la cama, sus dedos recorrían todo su cuerpo, el vestido iba escapándose de su cuerpo, cerró sus ojos y pensaba en el padre Rafael y en Rogelio. En cómo sería tener a los dos. Abrió los ojos y ahí estaba, el padre Rafael, Azucena se sentó, casi desnuda. el padre Rafael caminó hacia ella mientras abría su camisa y ella terminaba de quitarse el vestido, se acostaron, se disfrutaron lentamente.
Las visitas eran regulares, aprendieron a no respirar mientras se amaban y no dejar salir el aliento del confesionario.
VII
Una mañana, mientras se vestían, apurados pues Rogelio no tardaba en llegar, el padre Rafael intentó besar a Azucena, ella respondió con una bofetada.
—Te amo —
—No diga eso padre, usted es un sacerdote —
—Te amo Azucena, quiero pasar toda mi vida haciéndote el amor —
—Si usted no fuera sacerdote ¿Qué sería de nosotros? —
—Podríamos vivir juntos —
—No me refiero a eso, estamos aquí porque usted es sacerdote —
El padre Rafael le tocó la pierna, le dio un beso en la frente y se marchó. Se marchó del amor y la pasión, de la iglesia y de Dios.
Azucena llenó sus mañanas de amantes, buscando aquellas manos fuertes que la hicieran olvidar. Aprendió a desviar su camino hacia la iglesia y el mercado. Coqueta dejó los vestidos floreados, los cambió por pantalones y polos que le daban siempre un nuevo candidato, una nueva esperanza de encontrar el placer matutino que le recordara aquella noche, cuando descubrió que el amor nace bajo la espalda y muere en los labios.
Rogelio por su parte, llenaba las noches de Azucena, llegaba todas las tardes, y después de comer hacían el amor hasta caer dormido, Azucena permanecía despierta, Rogelio ya no era el gran amante,
En ocasiones Azucena se despertaba muy temprano, se metía bajo las sábanas, Rogelio se despertaba por el movimiento.
—Hazme el amor —
—No, chiquita, tengo que trabajar —
—No vayas hoy —
—Lo siento, te prometo que en la noche no paro hasta que salga el sol —
Azucena se volvía a acostar, Rogelio, sonrisa imborrable se duchaba y se marchaba a trabajar.
Cuando Azucena quedó embarazada Rogelio decidió arriesgar e invertir en mas puestos del mercado. Rogelio era mas feliz que nunca, sabía que Azucena dejaría de engañarlo en las mañanas, y no importaba si el hijo no era suyo, el era feliz.
Rogelio solo discutió una vez con Azucena, fue al decidir el nombre de su recién nacido hijo, él quería llamarlo Rómulo, como su abuelo; Azucena, Rafael.
Rogelio, temeroso de marchitar a su más hermosa flor del jardín acepto llamarlo Rafael.
Meses mas tarde, Azucena atendió la primera oferta para el alquiler del primer piso de su casa, Azucena y Rogelio necesitaban mas ingresos y la casa era demasiado grande para ellos.
—Alo —
—Llamo por el aviso de alquiler —
Azucena reconoció su voz
—Si, mi esposo lo puede atender a partir de las 7 que regresa —
Colgaron el teléfono
Azucena busco sus cosas, buscó entre todos sus vestidos guardados hasta encontrarlo, el vestido naranja floreado, se duchó y se ató el cabello, buscó un enagua y sus zapaos chatos.
Sonó el timbre, Azucena corrió, sabía que era él, el padre Rafael había vuelto por ella.
—Rogelio qué paso —
—¿por qué? —
—Hoy trabajas hasta tarde —
—Estoy cansado, ¿Qué haces vestida así? —
—Nada —
Rogelio besó a Azucena, metió la mano bajo su falda
—Hoy no Rogelio —
No hizo caso, siguió tocándola.
—No quiero! —
Azucena lo retiró bruscamente, Rogelio buscó una botella de pisco y se marchó a su cuarto; Azucena se quedó esperando.
El timbre despertó a Azucena, era muy tarde, abrió la puerta y lo encontró, más delgado y sin lentes, Rafael, en jeans y polo, Azucena lo dejó pasar.
—Disculpa la hora, ¿está tu esposo? —
—¿para qué?
—Quiero alquilar el primer piso —
—Ya conoces la casa, no pedimos mucho —
—Entonces cuándo puedo firmar —
Azucena tomó las manos de Rafael, las puso sobre su pierna y las hizo subir, despacio, cerros los ojos y las atrapó con las piernas. No tenía ropa interior. Rafael se arrodillo frente a ella, beso sus muslos, subió, azucena sujetaba su cabeza, lo presionaba cada vez mas fuerte con las piernas, Rafael desabrochó sus pantalones, se liberó de las largas piernas y la besó, Azucena se dejó besar, mientras sentía a Rafael entrando en ella.
—Recuérdame quien soy — Dijo a voces Azucena
Rafael la tomo con fuerza, sabía a lo que ella se refería pero castigador, el seguía; Azucena se mordía los labios, le mordía los hombros; Rafael le hizo una señal con los ojos, Azucena se dio vuelta, el la tomo de la cintura, de la cadera, de los hombros, de los brazos, Azucena enterraba la cabeza en los almohadones del mueble, los mordía, gritaba.
—Te dolió verdad —
—Me encantó —
—Ya no soy sacerdote —
—Lo sé —
—Vámonos, llevémonos a nuestro hijo —
Azucena sabía que no era su hijo, era hijo de Rogelio
—No es tu hijo —
Rafael la sujetó del cuello, empezó a ahorcarla
—Dame a mi hijo, ahora —
—No es tu hijo, Rafael, lo siento —
—Crees que puedes usar a la gente así?, dámelo —
Azucena sonrió, Rafael cayó, Rogelio tenía un rodillo en la mano, Rafael intentó ponerse de pie, Rogelio volvió a golpearlo.
—¿Qué haces? —
—Ayudarte —
Rogelio siguió golpeando a Rafael, la sangre cubría todo su cuerpo desnudo. Azucena se preguntó de nuevo cómo seria hacerlo con los dos. Llamó a Rogelio con la mirada, Rogelio apagó la luz. Se acostó sobre la espalda de Azucena, que lo esperaba mientras observaba lo que la luz de la luna le permitía ver del rostro, desecho de Rafael.
Cuidado del agua
El agua es necesaria para la vida del hombre, los animales y las plantas.
La acción más importante que podemos hacer en favor de nuestro planeta de inmediato y desde el lugar en que nos encontremos es ahorrar agua.
A pesar de que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, solo 2.5% es dulce, el 97.5% restante es agua salada.
Menos del 1% del agua dulce del mundo (0.007% del total del agua del mundo) está disponible para uso humano. Este líquido es el que encontramos en lagos, ríos y reservorios subterráneos cercanos a la superficie. Este 1% es el que se ve renovado regularmente a través de lluvia y nieve, y se encuentra disponible para nosotros.
Por todo esto, es que nuestra forma de vida, tal como la conocemos, está por cambiar dramáticamente.
La agricultura y la ganadería consumen el 77% de nuestra agua potable. de riego, el consumo municipal y doméstico utiliza el 13%, por último la industria utiliza el restante 10%.
De ese 2.5%, 70% se encuentra congelada en la Antártica y Groenlandia; el resto es humedad en la tierra o en mantos acuíferos muy profundos no accesibles para uso humano.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Puerto Maldonado - Madre de Dios
Puerto Maldonado es la capital del departamento Madre de Dios, es una de las ciudades más importantes de la selva sureste del Perú, ubicado en medio de los ríos Tambopata y Madre de Dios. A solo 30 minutos de la ciudad se encuentra el aeropuerto lo cual permite un fácil medio de acceso.
La ciudad se distingue por sus calles amplias y su gran cantidad de actividades comerciales. Es un lugar extraordinario, una tierra de árboles gigantescos, ríos caudalosos, paisajes llenos de vida natural como gran cantidad de animales, insectos haciéndolo un lugar paradisíaco.
Su clima es húmedo y tropical, la temporada de lluvia dura desde noviembre a marzo, dadas las características Puerto Maldonado es el centro de interés nacional e internacional por su diversidad ecológica.
La forma más fácil de llegar a Puerto Maldonado es en avión desde Cusco, ya en la ciudad es mucho más facil llegar adentrarse en la selva, se puede contactar un guía que conduce al viajero hacia los lugares más bellos y conocer la gente nativa que habita alrededor.
La ciudad se distingue por sus calles amplias y su gran cantidad de actividades comerciales. Es un lugar extraordinario, una tierra de árboles gigantescos, ríos caudalosos, paisajes llenos de vida natural como gran cantidad de animales, insectos haciéndolo un lugar paradisíaco.
Su clima es húmedo y tropical, la temporada de lluvia dura desde noviembre a marzo, dadas las características Puerto Maldonado es el centro de interés nacional e internacional por su diversidad ecológica.
La forma más fácil de llegar a Puerto Maldonado es en avión desde Cusco, ya en la ciudad es mucho más facil llegar adentrarse en la selva, se puede contactar un guía que conduce al viajero hacia los lugares más bellos y conocer la gente nativa que habita alrededor.
Como llegar
La vía aérea es la manera más conveniente, cómoda y segura para llegar a Tambopata - Puerto Maldonado, capital del departamento de Madre de Dios y acceso principal a los verdes encantos de la selva amazónica.
Diariamente, parten de la ciudad de Lima vuelos con destino al aeropuerto Internacional Padre Aldamiz. El viaje dura aproximadamente una hora con 45 minutos, debido a que las aeronaves realizan una escala en el Cusco, donde suben y bajan pasajeros.
Diariamente, parten de la ciudad de Lima vuelos con destino al aeropuerto Internacional Padre Aldamiz. El viaje dura aproximadamente una hora con 45 minutos, debido a que las aeronaves realizan una escala en el Cusco, donde suben y bajan pasajeros.
Festividades
Fiesta de San Juan (Junio)
Todo el departamento La fiesta de San Juan Bautista alcanza en la selva carácter simbólico por la preponderancia del agua como elemento vital en toda la amazonía, por ello, durante esta festividad se realizan fiestas con bandas típicas y se preparan los platos típicos de la región.
Aniversario de Madre de Dios (25 de Diciembre)
Aniversario de Madre de Dios (25 de Diciembre)
Todas las provincias Las celebraciones se inician durante la víspera con veladas, serenatas y bailes. El día central se realizan desfiles cívicos, campeonatos deportivos, ferias artesanales y navideñas. Esta ocasión es propicia para degustar la gastronomía local y realizar excursiones por los principales circuitos turísticos aledaños.
12 de julio.
Aniversario de Puerto Maldonado. Festividades por la fundación de la ciudad. Incluyen actos cívicos, sociales y culturales.
Atracciones Turísticas
Reserva de la Biosfera de Manú
Fue declarada como reserva de la biosfera en Marzo de 1973. Se encuentra en el corazón de la selva amazónica y es el área natural más grande del Perú. En la zona abundan paisajes para el ecoturismo. Se puede apreciar hermosos lagos como Valencia, Copa Manú Sandoval, Tambopata, Madre de Dios, Manipure y otros. Su riqueza ecológica es importante ya que tiene 15.000 variedades de plantas entre ellas árboles gigantescos, praderas y helechos. La fauna es diversa.
Reserva Tambopata
Reserva Tambopata
Se encuentra ubicada entre la confluencia de los ríos La Torre y Tambopata, tiene una extensión de 109 hectáreas de selva virgen.
Es un área de protección de la fauna y la flora, constituye uno de los ecosistemas más ricos de en el mundo. Se destaca por su variedad de aves aproximadamente 600 especies; una gran cantidad de insectos lo cual constituye un gran atractivo turístico para los visitantes, sobre todo para quienes aman el turismo ecológico o incursionan en la selva con fines investigativos.
Tambopata es una opción para descansar fuera de la capital y contemplar los bellos atardeceres y compenetrarse en los densos bosques de la selva más diversa del planeta, disfrutando el panorama.
El Parque Nacional Bahuaja -Sonene
Es un área de protección de la fauna y la flora, constituye uno de los ecosistemas más ricos de en el mundo. Se destaca por su variedad de aves aproximadamente 600 especies; una gran cantidad de insectos lo cual constituye un gran atractivo turístico para los visitantes, sobre todo para quienes aman el turismo ecológico o incursionan en la selva con fines investigativos.
Tambopata es una opción para descansar fuera de la capital y contemplar los bellos atardeceres y compenetrarse en los densos bosques de la selva más diversa del planeta, disfrutando el panorama.
El Parque Nacional Bahuaja -Sonene
Está ubicado en las provincias de Tambopata y Sandía. Fue establecido en 1996. Es uno de los sitios más bellos por sus paisajes cubiertos de gran variedad de flora como árboles, diversos tipos de plantas. En cuanto a fauna, alberga entre ellas, poblaciones intactas de fauna silvestre amenazada como a nutria gigante o lobo de río, el perro de monte, el caimán negro y el águila harpía.
Lago Sandoval
Lago Sandoval
Se encuentra situado a 19 Km de Puerto Maldonado en la reserva nacional de Tambopata. Es un sitio hermoso para descansar, donde existen aguas tranquilas. Alrededor sus paisajes son maravillosos. En el algo habitan variedad de especies como tucanes, guacamayos, loros y garzas. Es el lugar ideal para los safaris fotográficos
Recomendaciones
- La importancia de un guía
El viaje por la selva, aunque muy interesante y atractivo, puede tornarse peligroso si lo hacen sin una persona indicada que los guíe. En el aeropuerto, los viajeros que quieran adentrarse en los terrenos selváticos pueden contactarse con los guías o jaladores comisionistas, y en el puerto de navegación con los lancheros, guías prácticos locales que tienen sus propias lanchas. Los lancheros proponen un precio que sale fuera de lo que son los circuitos turísticos tradicionales, e incluso se puede organizar con ellos la ruta que más les apetezca. Los guías se limitan por lo general a captar turistas, a dar sus charlas más o menos fundamentadas y a dar el manejo de la barca al lanchero al que subcontratan. De esta manera la opción es más cara.
- El lanchero
Es el que conoce el río y su selva exuberante palmo a palmo, lo más económico entonces es contar únicamente con los servicios del lanchero guía práctico local.
Cómo ganar amigos e influir en las personas
REGLA 1. No critique, no condene ni se queje.
La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse, tratando además de censurar a su oponente. La crítica es peligrosa, porque lastima el orgullo y despierta su resentimiento. En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen.
"No juzgues si no quieres ser juzgado" Nuevo Testamento. Cuando tratamos con la gente debemos recordar que no tratamos con criaturas lógicas. Tratamos con criaturas emotivas, criaturas erizadas de prejuicios e impulsadas por el orgullo y la vanidad. "No hablaré mal de hombre alguno y de todos diré todo lo bueno que sepa" Benjamín Franklin.
REGLA 2. Demuestre aprecio honrado y sincero.
Sólo hay un medio para conseguir que alguien haga algo, y es el de hacer que el prójimo quiera hacerlo (beneficio propio), que le sea productivo. "Todo lo que usted y yo hacemos surge de dos motivos: el impulso sexual y el deseo de ser grande" Dr. Sigmund Freud. "El impulso más profundo de la naturaleza humana es el deseo de ser importante" Dr. John Dewey. Muchas personas que enloquecen o se suicidan encuentran en ese estado ese sentido de su importancia que no pudieron obtener en el mundo de la realidad. Ahora imagínese los milagros que usted y yo podremos lograr si damos al prójimo una honrada apreciación de su importancia. "Considero que el mayor bien que poseo es mi capacidad para despertar entusiasmo entre los hombres, y que la forma de desarrollar lo mejor que hay en el hombre es por medio del aprecio y el aliento. Nada hay que mate tanto las ambiciones de una persona como las críticas de sus superiores. Yo jamás critico a nadie. Creo que se debe dar a una persona un incentivo para que trabaje. Por eso siempre estoy deseoso de ensalzar, pero soy remiso para encontrar defectos. Si algo me gusta, soy caluroso en mi aprobación y generoso en mis elogios" Charles Schwab. Con frecuencia damos tan por sentada la presencia de nuestro cónyuge que nunca le manifestamos nuestro aprecio. Alimentamos los cuerpos de nuestros hijos y amigos y empleados; pero muy raras veces alimentamos su propia estima. La diferencia entre la apreciación y la adulación es muy sencilla. Una es sincera y la otra no. "Pasaré una sola vez por este camino; de modo que cualquier bien que pueda hacer o cualquier cortesía que pueda tener para con cualquier ser humano, que sea ahora. No la dejaré para mañana, ni la olvidaré, porque nunca más volveré a pasar por aquí." Dale Carnegie. "Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él". Emerson.
REGLA 3. Despierte en los demás un deseo vehemente.
El único medio de que disponemos para influir sobre el prójimo es hablar acerca de lo que él quiere, y demostrarle cómo conseguirlo. "La acción surge de lo que deseamos fundamentalmente y el mejor consejo que puede darse a los que pretenden ser persuasivos, ya sea en los negocios, en el hogar, en la escuela o en la política es éste: primero, despertar en la otra persona un franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo entero consigo.. Quien no puede, marcha solo por el camino" Dr. Henry A, Overstreet. "Si hay un secreto del éxito, reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio" Henry Ford. Si un vendedor puede demostrarnos que sus servicios o sus productos nos ayudarán a resolver nuestros problemas, no tendrá que esforzarse por vendernos nada. Los pocos individuos que sin egoísmo tratan de servir a los demás tienen enormes ventajas. No hay competencia contra ellos. "El hombre que se puede poner en el lugar de los demás que puede comprender el funcionamiento de la mente ajena, no tiene por qué preocuparse por el futuro". Owen D. Young
Cómo ganar amigos e influir en las personas
Dale Carnegie
La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse, tratando además de censurar a su oponente. La crítica es peligrosa, porque lastima el orgullo y despierta su resentimiento. En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen.
"No juzgues si no quieres ser juzgado" Nuevo Testamento. Cuando tratamos con la gente debemos recordar que no tratamos con criaturas lógicas. Tratamos con criaturas emotivas, criaturas erizadas de prejuicios e impulsadas por el orgullo y la vanidad. "No hablaré mal de hombre alguno y de todos diré todo lo bueno que sepa" Benjamín Franklin.
REGLA 2. Demuestre aprecio honrado y sincero.
Sólo hay un medio para conseguir que alguien haga algo, y es el de hacer que el prójimo quiera hacerlo (beneficio propio), que le sea productivo. "Todo lo que usted y yo hacemos surge de dos motivos: el impulso sexual y el deseo de ser grande" Dr. Sigmund Freud. "El impulso más profundo de la naturaleza humana es el deseo de ser importante" Dr. John Dewey. Muchas personas que enloquecen o se suicidan encuentran en ese estado ese sentido de su importancia que no pudieron obtener en el mundo de la realidad. Ahora imagínese los milagros que usted y yo podremos lograr si damos al prójimo una honrada apreciación de su importancia. "Considero que el mayor bien que poseo es mi capacidad para despertar entusiasmo entre los hombres, y que la forma de desarrollar lo mejor que hay en el hombre es por medio del aprecio y el aliento. Nada hay que mate tanto las ambiciones de una persona como las críticas de sus superiores. Yo jamás critico a nadie. Creo que se debe dar a una persona un incentivo para que trabaje. Por eso siempre estoy deseoso de ensalzar, pero soy remiso para encontrar defectos. Si algo me gusta, soy caluroso en mi aprobación y generoso en mis elogios" Charles Schwab. Con frecuencia damos tan por sentada la presencia de nuestro cónyuge que nunca le manifestamos nuestro aprecio. Alimentamos los cuerpos de nuestros hijos y amigos y empleados; pero muy raras veces alimentamos su propia estima. La diferencia entre la apreciación y la adulación es muy sencilla. Una es sincera y la otra no. "Pasaré una sola vez por este camino; de modo que cualquier bien que pueda hacer o cualquier cortesía que pueda tener para con cualquier ser humano, que sea ahora. No la dejaré para mañana, ni la olvidaré, porque nunca más volveré a pasar por aquí." Dale Carnegie. "Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él". Emerson.
REGLA 3. Despierte en los demás un deseo vehemente.
El único medio de que disponemos para influir sobre el prójimo es hablar acerca de lo que él quiere, y demostrarle cómo conseguirlo. "La acción surge de lo que deseamos fundamentalmente y el mejor consejo que puede darse a los que pretenden ser persuasivos, ya sea en los negocios, en el hogar, en la escuela o en la política es éste: primero, despertar en la otra persona un franco deseo. Quien puede hacerlo tiene al mundo entero consigo.. Quien no puede, marcha solo por el camino" Dr. Henry A, Overstreet. "Si hay un secreto del éxito, reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio" Henry Ford. Si un vendedor puede demostrarnos que sus servicios o sus productos nos ayudarán a resolver nuestros problemas, no tendrá que esforzarse por vendernos nada. Los pocos individuos que sin egoísmo tratan de servir a los demás tienen enormes ventajas. No hay competencia contra ellos. "El hombre que se puede poner en el lugar de los demás que puede comprender el funcionamiento de la mente ajena, no tiene por qué preocuparse por el futuro". Owen D. Young
Cómo ganar amigos e influir en las personas
Dale Carnegie
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